| Descripción |
Se conocía a los autores de las 17 vistas de sitios reales registradas en la Torre de la Parada en el inventario real realizado a la muerte de Carlos II en 1701, Félix Castello, Jusepe Leonardo, Juan de la Corte y Pedro Núñez del Valle, por un documento publicado por Domínguez Bordona en 1933. Sin embargo, en esas cuentas no se anotaron los nombres de cada cuadro de forma individual ni los asuntos de todos ellos. Además, no se tenía constancia segura del paradero actual de las pinturas ni de cuáles se habían conservado. Juan Mª Cruz Yábar, con ayuda de documentación diversa, ha podido desvelar los concretos autores de cada vista y otras circunstancias, así como el itinerario de las pinturas hasta llegar a su actual ubicación, pues se conservan 15 pinturas de las 18 que se encargaron originalmente.
Monesterio, según se deduce de su presencia en el inventario real de 1701, fue uno de los tres sitios reales cuyo encargo tuvo lugar en 1638, finalizadas las 15 vistas contratadas con los pintores el 27 de julio de 1637. Aunque no tengamos la certeza sobre el autor de la pintura, pensamos que ha de atribuirse a Juan de la Corte tanto por estilo como porque se le debieron encargar las tres vistas añadidas de una vez después de acabadas las 15 del encargo principal. En su finiquito del 27 de octubre de 1638 declaró que había hecho tres vistas más de las cuatro que contrató. Figuró en los inventarios reales de 1701 (nº 13) y 1747 (nº 12) en la Torre de la Parada, y de 1841 (nº 13) y 1860 (nº 11) en la Florida.
De la Corte siguió con rigor geométrico el alzado de la pequeña casa trazada por Gómez de Mora a partir de 1612 -queda un plano con planta y alzados conservado en Patrimonio Nacional-. La casa aparece con el revoco que muestran las trazas por las que se levantó el edificio, y al seguirlas literalmente, utilizó en esta pintura el punto de vista frontal que usa en la mayoría de sus vistas. La reproducción es fiel, como acreditan las ruinas conservadas. Aunque es parco en el paisaje y en reproducir el edificio principal y la ermita, el pintor se esmeró en reproducir el almohadillado del arco de entrada de la ermita y la alta plataforma sobre la que se levantaba, las tejas de las cubiertas, y utilizó la misma luz plomiza con nubes grises arremolinadas que impregna sus otros ejemplares de la serie, unas características que revelan su mano. También vemos una bandada de pájaros como en la Torre de la Parada.
Esta pintura ingresó en 1869 en el Museo por orden ministerial. En 1951 se depositó el monasterio real de San Lorenzo de El Escorial, perteneciente al Patrimonio Nacional.
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